¿Qué son los probióticos?

Todo comenzó cuando el Dr. Élie Metchnikoff ganó el premio Nobel en base a su hipótesis de que la longevidad de los campesinos aparentemente se debía a que consumían grandes cantidades de productos lácteos fermentados como el requesón y la mantequilla. Él creía que el ácido láctico de las bacterias en los productos eliminaba a los organismos nocivos en los intestinos y por lo tanto reducía la producción de toxinas que conducen a enfermedades e infecciones.

Aunque más tarde se dio cuenta de que las bacterias encontradas en los lácteos tienen muchos beneficios para la salud, pero no llegan vivos a los intestinos en grandes cantidades para brindar un beneficio significativo.

Ninguna de las cepas habían sido explotadas para su uso comercial, hasta que el Dr. Minoru Shirota descubrió el Lactobacillus casei Shirota en 1930.

El término “probiótico” significa literalmente "en pro de la vida" y fue empleado por primera vez por Lily y Stilwell en 1965.

La FAO/OMS (2002) ha definido a los probióticos como "microorganismos vivos que cuando se administran en cantidades adecuadas confieren un beneficio a la salud en el huésped".

Necesidad de los probióticos

La salud del tracto digestivo humano es mucho más importante de lo que la mayoría de la gente piensa, debido a que todos los días estamos expuestos a diversos elementos que son perjudiciales para nuestra salud, ya que los encontramos en el ambiente, así como también en los alimentos y el agua que consumimos en condiciones de higiene inadecuadas.

Lugar de acción

Los probióticos tienen su lugar de acción en la microbiota intestinal y ahí deben mantener su capacidad de desarrollarse.

Beneficios de los probióticos

Varios estudios han demostrado que los probióticos contribuyen a restaurar el equilibrio de la microbiota intestinal y su consumo regular puede fortalecer las defensas naturales del organismo. Entre otros muchos beneficios, los probióticos han demostrado en diversas investigaciones que mejoran la intolerancia a la lactosa, previenen varios tipos de cáncer, reducen el colesterol sérico, mejoran la función inmunológica, reduciendo así las infecciones gastrointestinales, impiden el crecimiento y la colonización de bacterias patógenas, combaten las enfermedades y muchos beneficios más.

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