En las últimas décadas, se han incrementado las recomendaciones de los médicos y medios de comunicación a la sociedad, acerca de los efectos nocivos que puede ocasionar la exposición prolongada al sol.

Sin embargo, esto ha traído consigo una exposición menor a la recomendada por parte de organizaciones de salud, así como un aumento en la ingesta de vitamina D, muchas veces por encima de lo que es necesario.

Cabe recordar que la vitamina D es un nutriente que desempeña un papel importante en el sistema inmunológico y que se puede obtener de tres formas: Mediante la exposición solar, en los alimentos y a través de suplementos.

A veces, las personas se automedican y consumen de manera indiscriminada un suplemento de vitamina D, algo que sucedió con frecuencia durante la pandemia por COVID-19, lo cual puede provocar efectos secundarios.

Beneficios de una exposición adecuada a los rayos del sol

De acuerdo a David Hoel, en su artículo “Los riesgos y beneficios de la exposición al sol”, la insuficiencia de vitamina D en el organismo se encuentra asociada con una amplia variedad de enfermedades.

A continuación, se mencionan algunos de los beneficios de la vitamina D, aunados a una exposición adecuada a la radiación solar:

• Reduce el riesgo de muerte por enfermedades cardiovasculares.
• Disminuye el riesgo de padecer cáncer de mama y recto, síndrome metabólico, diabetes, esclerosis múltiple y artritis.
• Aminora el riesgo de sufrir enfermedades mentales, por ejemplo, el Alzheimer y otras formas de deterioro cognitivo.
• Contribuye a manejar la hipertensión.

Entonces, ¿cuánto tiempo se debe tomar el sol para recibir sus beneficios? Se recomienda hacerlo durante quince a veinte minutos diarios, desde que amanece hasta las 11:00 am y también después de las 6:00 pm.

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